Desde sus inicios la relación entre Camilla Parker y el rey Carlos III ha sido muy controversial, pues todo inició con una infidelidad del monarca a su esposa la princesa Diana, quien era muy querida por los ingleses y muchas más personas alrededor del mundo.
Esta aventura le valió el odio y rencor de sus conciudadanos a la ahora reina consorte del Reino Unido. Pese a esto, el 9 de abril de 2005, Carlos III y Camilla Parker Bowles se casaron en una ceremonia civil en Windsor Guildhall y otra de carácter religioso en la Capilla de San Jorge del Castillo de Windsor.
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Sin embargo, el escarnio ajeno y la mala opinión pública fue tanta, que llegó a afectar a la pareja al punto de que estuvieron cerca de divorciarse e incluso la fallecida reina Isabel II, tuvo que interceder para evitar un escandaloso segundo divorcio de su primogénito.
¿Cómo sortearon la separación?
Los problemas crecieron tanto que la reina Isabel II tuvo que enfrentar a Camilla luego de que esta intentara amenazar con revelar los "secretos sucios" de la familia real.
Así, entre la fallecida monarca y el rey Carlos III lograron convencerla de no separarse y desde entonces, el padre de los príncipes William y Harry, se ha dedicado a protegerla y sorprenderla.
Para mantenerla contenta, el rey Carlos III constantemente le da regalos, así como lo hacía cuando aún estaba casado con Lady Di. En 2019, Camilla Parker ocupó titulares por ser vista con un par de aretes que le regaló su esposo y los cuales tienen un valor de más de 33 mil libras esterlinas.
Otros "secretos" para seguir juntos
Roya Nikkhah, editor de realeza del The Sunday Times, reveló algunos factores clave para que la relación entre los nuevos monarcas de Inglaterra siga siendo exitosa.
De acuerdo con el escritor, la pareja suele separarse después de pasar varios días juntos o salir de gira, para pasar un tiempo cada uno por su cuenta.
Por ejemplo, el rey Carlos pasa su tiempo libre en Highgrove House, su casa preferida y en la que se reunía con Camilla cuando aún estaba casado con Lady Di.
Por su parte, la ahora reina consorte va a la casa que compró después de su divorcio, en 1996, Ray Milll House, una finca de 68 mil metros cuadrados en el condado de Wiltshire.