Las decisiones de quienes figuran como los sucesores al trono pueden influir en gran medida en el resto de la Familia Real Británica, como ocurrió con el rey Eduardo VIII, quien renunció a la corona por un amor prohibido sin pensar que estaba escribiendo el futuro de la reina Isabel II, quien falleció este 8 de septiembre, pues ella no estaba destinada a gobernar Reino Unido.
Bajo esa misma línea, es posible ver que la Corona Británica ha tenido un sinfín de historias que han reescrito su destino. El rey Eduardo VIII fue uno de los que más impactó, además de que quedó registrado en la historia del país como el monarca que menos tiempo duró en el trono.
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La polémica de este personaje político comenzó en 1936, cuando se convirtió en rey tras la muerte de su padre, el rey Jorge V. En un principio, él aceptó el cargó, pero su llegada a la corona puso en riesgo las numerosas tradiciones y reglas que los miembros de la Familia Real debían seguir y todo por amor.
El rey Eduardo VIII estaba completamente enamorado de Wallis Simpson, una mujer estadounidense con la que empezó una relación cuando ella todavía estaba casada, incluso, cuando fue su presentación oficial como monarca, subió con ella al balcón, lo que causó un gran revuelo.
Rey Eduardo VIII pidió a las autoridades británicas que su amada fuera reconocida como su pareja
De acuerdo con los registros históricos, el rey Eduardo VIII nunca negó su relación a pesar de que sabía que no era aceptada por la Corona Británica, tan así que en diferentes ocasiones acudió al primer ministro inglés y a su gabinete para solicitar de manera oficial que, una vez que ella se divorciara, pudieran contraer nupcias.
Todas sus peticiones fueron negadas, incluida aquella en la que él pidió permiso para casarse con ella aunque no fuera nombrada como reina, sino como su compañera. Ante estas numerosas decepciones que se llevó por parte de los funcionarios políticos, optó por renunciar a su reinado argumentando que no podía gobernar tranquilamente al pueblo si no tenía a su lado al amor de su vida.
Rey Eduardo VIII renuncia al trono para disfrutar del amor y lo reemplaza el padre de la reina Isabel II
Luego de que el rey Eduardo VIII decidió renunciar a la Corona Británica, ocurrió el ascenso de Jorge VI, padre de la reina Isabel II, quien logró mantener el título hasta febrero de 1952, año en el que falleció por problemas de salud.
Durante su mandato, se vivió una situación tensa, pues se suscitó el estallido de la Segunda Guerra Mundial y los diversos conflictos que originó Adolf Hitler. El rey Jorge VI falleció a la edad de 56 años de edad.
Con el fallecimiento del rey Jorge VI, la reina Isabel II tuvo que ocupar la corona con tan sólo 25 años de edad. Su coronación oficial sucedió 16 meses después de la muerte de su padre y fue la primera celebración televisada a nivel internacional. “Declaro ante ustedes que mi vida entera, ya sea larga o corta, será dedicada a vuestro servicio y al servicio de nuestra gran familia imperial a la que todos pertenecemos”, dijo en su primer discurso como monarca.
mva