La guerra entre Azerbaiyán y Armenia ha vuelto a estallar la madrugada de este martes. Poco después de la medianoche, las fuerzas armadas de ambos países se enfrentaron a lo largo de varios puntos de su frontera en común, en intensos combates que han cobrado la vida de al menos 50 soldados armenios.
Así lo informó el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinián, quien denunció esta mañana un nuevo repunte de las hostilidades en lo que llamó una "provocación a gran escala".
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Se trata de uno de los choques más violentos entre las dos naciones desde el conflicto de 2020, cuando lucharon de nueva cuenta por obtener el control de la región clave de Nagorno Karabaj, un pequeño territorio poblado en su mayoría por armenios.
“El 13 de septiembre a las 0.05 horas, unidades de las Fuerzas Armadas de Azerbaiyán abrieron fuego intensivo con artillería y armas de gran calibre contra posiciones armenias en dirección a las localidades de Goris, Sotk y Dzhermuk”, informó el gobierno de Armenia en un comunicado.
Por otro lado, Azerbaiyán acusó a Armenia de “actos subversivos a gran escala” cerca de la frontera, y agregó que sus posiciones militares fueron atacadas, denunciando pérdidas humanas y daños a la infraestrucrura militar.
El origen de este histórico conflicto
Las disputas entre Azerbaiyán y Armenia marcan su comienzo en el año de 1988, cuando aún en tiempos de la Unión Soviética, el enclave de Nagorno Karabaj, situado en territorio azerbaiyano, alzó la voz para pedir su incorporación a Armenia.
Las tensiones aumentaron a tal grado, que derivaron en una guerra librada entre 1992 y 1994, que provocó la muerte de más de 30 mil personas y terminó con la victoria de los armenios sobre Azerbaiyán, que perdió poco más del 10 por ciento de su territorio.
Desde entonces las relaciones entre ambos países han sido frágiles y en varias ocasiones han roto con el alto al fuego, principalmente en 2016 cuando el conflicto recrudeció y nuevamente en el año 2020, cuando los enfrentamientos dejaron miles de víctimas a su paso en tan solo seis semanas.
Antes, el presidente ruso, Vladimir Putin, ya había puesto fin a la guerra al ponerse de lado de los armenios y proponer una tregua, mientras que Azerbaiyán contó con el apoyo de Turquía y recuperó gran parte del territorio de Nagorno Karabaj. A pesar de que las autoridades de esta región han proclamado su independencia desde 1991, su autonomía aún no es reconocida ni por Armenia ni por la comunidad internacional.
El papel de Rusia
Este conflicto ya amenazaba con estallar desde hace dos semanas y en medio de la guerra entre Rusia y Ucrania. Azerbaiyán reportó "provocaciones" de tropas armenias en la frontera con disparos cruzados, mientras que un soldado azerbaiyano murió por fuego armenio en Lachin. Moscú estaba al tanto de estos detalles.
Rusia, además, es líder de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, que agrupa bajo su protección a Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán, cuyas bases establecen que un ataque contra un país miembro será percibido y respondido como un ataque contra todos los participantes de la organización.
Sin embargo, el Kremlin parece no tener interés en escalar la situación, pues a través del ministerio de Exteriores ha exigido a los dos países que detengan los combates y bombardeos. Hasta la mañana de este martes, se había anunciado un alto al fuego, pero la situación continúa tensa.
Con información de Agencias
bnaj