La rara sequía que golpea desde hace varios meses a Brasil amenaza con la destrucción de biomas críticos en la selva del Amazonas para frenar el cambio climático.
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La falta de lluvias en el sureste y centroeste del país es la peor en casi un siglo, según el gobierno brasileño, y la situación no mejorará: el invierno austral se caracteriza por precipitaciones débiles en esas regiones.
El año pasado, el clima seco ayudó a alimentar incendios récord en el Pantanal, mientras que el Amazonas experimentó la peor ola de incendios desde 2017, según el instituto nacional de investigación espacial de Brasil, INPE.
La temporada de lluvias de este año, que se extiende aproximadamente de noviembre a abril, fue aún más seca en las partes de la Amazonía bajo la mayor amenaza, conocida como el "arco de la deforestación", según muestran los datos del INPE.
La sequía de este año en el Pantanal es más severa y generalizada de lo que experimentó la región en 2020, muestran los datos.
Los incendios y la deforestación en la selva amazónica han aumentado desde que el presidente de derecha Jair Bolsonaro asumió el poder en 2019, y pidió más desarrollo en la región.
El pronóstico para los próximos meses es una sequía continua al sur del río Amazonas, dijo Renata Libonati, especialista en teledetección de la Universidad Federal de Río de Janeiro.
El cambio climático es probablemente uno de varios factores que afectan el clima, junto con la deforestación del Amazonas que cambia los patrones regionales de lluvia y los ciclos climáticos existentes a largo plazo.
Mientras que el clima seco proporciona combustible, los humanos proporcionan la chispa.
Los incendios que ocurren naturalmente, causados por rayos, por ejemplo, son extremadamente raros en la exuberante selva tropical.
Los incendios en el Amazonas suelen ser iniciados por agricultores que renuevan campos o ganaderos y especuladores que limpian tierras ilegalmente.
Deforestación en selva amazónica alcanza su mayor nivel desde 2016
La Amazonía brasileña perdió mil 180 kilómetros cuadrados de selva en mayo, la mayor área devastada para dicho periodo desde 2016, cuando comenzó a ser medida la serie histórica, según las alertas de deforestación.
De acuerdo con los datos mensuales captados por el Sistema de Detección de Deforestación de la Amazonía Legal en Tiempo Real (Deter) y divulgados por el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE), las alertas de deforestación aumentaron un 41 % en mayo frente al mismo mes de 2020.
El de mayo es el tercer récord mensual consecutivo que se registra este año. En abril la Amazonía brasileña perdió 580 mil 55 kilómetros, mientras que en marzo fueron devastados 367 mil 6 kilómetros de selva.
El Observatorio del Clima, una red que reúne a medio centenar de ONG, resaltó que los números son preocupantes, ya que mayo marca el inicio de la temporada de seca en la Amazonía, cuando la devastación se intensifica en gran parte de la región.
El Amazonas es la selva tropical más grande del mundo y el Pantanal es el humedal más grande. Los científicos dicen que su preservación es vital para frenar el cambio climático catastrófico debido a la gran cantidad de gases de efecto invernadero que absorben.
Con información de Agencias.
JOS