El hispano preso de Texas Ramiro Gonzales pidió retrasar su ejecución por inyección letal, prevista para el 13 de julo de 2022, para poder donar un riñón a quien lo necesite y así, antes de fallecer, “ayudar a que su alma esté bien con Dios”.
Algunas agrupaciones como Amnistía Internacional (AI) han llegado a solicitar su indulto luego de que consideren que fue condenado a muerte cuando apenas tenía 18 años.
En octubre de 2002, Ramiro Gonzales se declaró culpable del secuestro y violación a una mujer en septiembre de 2001 y fue condenado a cadena perpetua. De igual forma, admitió el asesinato de una mujer de 18 años cometido en enero de 2001.
Los abogados de Ramiro Gonzales apelaron al gobernador de Texas, Greg Abbott, para retrasar la ejecución por un mes para que su cliente pueda ser considerado un donante vivo “para alguien que necesita urgentemente un trasplante de riñón”.
En relación con la donación señalada también solicitaron a la Junta de Indultos y Libertad Condicional en Texas una suspensión de seis meses. Los litigantes Thea Posel y Raoul Schonem dijeron que un equipo de trasplantes de la Universidad de Texas encontró a su cliente como un “candidato excelente” para la donación debido a su raro tipo de sangre.
Un clérigo judío que ha estado en contacto con el hispano preso en Texas agregó en la carta que la intención del acusado no es simplemente retrasar su ejecución y que “algo que Ramiro quiere hacer para ayudar a que su alma esté bien con su Dios”.
La solicitud previa y las condenas a muerte
Aunque el estado de Texas permite que los reclusos donen sus órganos, una solicitud previa de Gonzáles fue rechazada a principios de 2022. United Network for Organ Sharing, que está contratada por el gobierno federal para administrar el sistema de trasplantes de Estados Unidos, ha expresado su preocupación porque donaciones de los condenados a muerte, incluya la posibilidad de que los órganos se vean comprometidos moralmente.
Parte de la argumentación que ha difundido AI para solicitar el indulto del hispano preso en Texas radica en que a la edad en que cometió el delito tenía madurez emocional de un niño de 12 y 13 años, causada por el abandono de sus padres y abuso sexual al que fue sometido.
El 60% de las ejecuciones estadounidenses de menores de 18 años en el momento del crimen ocurrieron en Texas. Hasta el 2021, de estos 13 individuos, nueve eran afrodescendientes, uno latino, y 67% fueron condenados por delitos que involucran víctimas blancas.
Desde 1976, cuando la Corte Suprema de los EUA restableció la pena de muerte, hasta junio de 2021 habían ejecutado a 1,534 personas. Hace unos días suspendieron ejecución en Texas de mujer mexicana acusada de la muerte de su hija.
mva