Un hombre en Pensilvania y su sobrino de 14 años murieron en un incendio el año pasado porque un operador del 911 no atendió sus súplicas de ayuda en español y colgó la llamada de emergencia, según mostraron los documentos judiciales.
Según la demanda, el trágico incidente se produjo en julio del 2019, cuando Herberto Santiago Jr, de 44 años, estaba en una casa en Allentown con su sobrino, Andres Javier Ortiz, de 14 años, cuando de repente un incendio comenzó.
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Santiago llamó el 27 de julio de 2020 al 911 para reportar el incendio, informó el periódico The Morning Call, citando una demanda federal presentada en el Tribunal de Distrito de la ciudad de Estados Unidos el miércoles pasado.
Pero según relata la demanda, el operador le dijo que hablara inglés y no hizo ningún esfuerzo por utilizar una línea de ayuda lingüística o incluso pedir ayuda a otro despachador; posteriormente colgó.
"El operador del 9-1-1 no hablaba ni entendía el idioma español ni utilizó una línea de ayuda en español ni ningún otro despachador la ayudó en este sentido", se lee en la demanda.
El hombre de 40 años y su sobrino, Andrés Javier Ortiz, murieron más tarde a causa del incendio.
Los siete demandantes, identificados como Justin K. Zucal, David M. Gatens, Francis C. Gatens, John S. Kirchner, Emily M. Geiger, Julie L. Landis y Brandi L. DeLong Palmer, todos ellos operadores del 911; han acusado al centro de llamadas del condado de Lehigh de ser un centro de racismo y negligencia que pone en peligro a las personas que llaman.
El centro tenía un "ambiente hostil" hacia las minorías y las personas que hablaban español, que incluía el caso de Santiago, según la demanda.
En uno de los ejemplos, la demanda detalla que un operador ignoró una llamada de un tiroteo en julio del 2020 porque "estaba viendo fuegos artificiales desde el techo del centro de llamadas". Asimismo, plantea que había otros que se quejaban de que no les gustaba responder llamadas en español.
Phil Armstrong, ejecutivo del condado, asegura que las acusaciones son falsas.
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