El chef Darren McGrady, quien fuera cocinero personal de la reina Isabel II de 1982 a 1993, reveló a The Telegraph que la monarca de 96 años prefiere comer carne a la parrilla y evitar aromas fuertes en su comida.
Se sabe que a lo largo de estos 70 años de reinado, a la monarca le gusta que le hagan sándwiches para la merienda y que su equipo médico supervisa de manera constante su alimentación para incorporar los nutrientes que necesita.
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Sin embargo, McGrady aseguró que durante años se dedicó a crear platos muy saciables que ayudaran a mejorar la salud de su majestad, siempre teniendo en cuenta los ingredientes que no le gustan.
El chef asegura que la reina Isabel II rechaza cualquier plato que contenga ajos, cebollas y paprika (pimiento en polvo de color rojo-anaranjado).
La alimentación que lleva hace muchos años está basada en proteínas para tener más energía y prefiere evitar los carbohidratos y el almidón como las papas, la pasta y el arroz.
“A la Reina le encantan los huevos revueltos con salmón ahumado y una ralladura de trufa. Pero es demasiado frugal para pedir trufas frescas y solo las disfruta en Navidad cuando las envían como regalo”, contó en relación al desayuno.
Mark Flanagan, actual chef personal de la reina Isabel II, ha sido el encargado del desayuno de la boda del príncipe William y Kate Middleton en 2011, la cena honorífica al presidente Obama en 2016 y la cena honorífica a los reyes de España en 2017.
A pesar de que no habla de la vida privada de la monarca, Flanagan ha revelado algunos de sus detalles culinarios en dos libros, uno de ellos titulado: "Un libro de cocina real: Recetas de temporada del Palacio de Buckingham".
En él asegura que a su majestad le gusta la carne bien cocida a la parrilla, principalmente de aves como el faisán o la perdiz, aunque puede adaptarse a otras especies.
Además, reveló que todas las tardes se sienta en el salón comedor de Buckingham para que le sirvan su clásico sándwich de atún, mayonesa y finas rodajas de pepino, con un detalle muy particular: la corteza siempre se le debe quitar porque no le gusta.
También asegura que los gustos de Isabel II para la comida no son lujosos, sino más bien clásicos y a los que pueden acceder muchas personas. Lo más importante son las pequeñas porciones y nunca perderse una comida para estar siempre saludable.
abc