Sabemos que la relación entre Meghan Markle, el príncipe Harry y la familia real británica no ha sido nada fácil desde hace varios años.
Recordemos que tras casarse, la pareja decidió hacer su vida a parte de la monarquía y atrás dejaron sus deberes reales para emprender una nueva vida en Estados Unidos junto a su hijo Archie.
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Pero antes de que decidieran cambiar el rumbo de su vida, los duques de Sussex tenían otros planes, pues querían vivir en el Castillo de Windsor.
Esta petición fue pedida a la monarca a quien le pareció "inapropiada", pues ellos estaban solicitándole "tener viviendas disponibles después de su matrimonio".
Además de pedírselo a la fallecida reina, también lo hicieron al ahora rey Carlos III y en ello querían tener espacios privados en Windsor, a pesar de otros familiares también viven allí.
Cabe destacar que el regalo de bodas por parte de la soberana fue la propiedad Frogmore Cottage, la cual se ubica en Windsor en la finca Frogmore en Home Park.
Al ser renovada, los duques se mudaron para allá en 2019, lugar que se encuentra en el parque real privado y en el que han habitado varios monarcas, como la reina Victoria.
Cabe destacar que para la entonces reina, esa parte de su propiedad su propiedad era considerado como "su patio trasero, su soledad y su privacidad", según Katie Nicholl, autora del libro "The New Royals".
“Ella estaba renunciando a eso al regalarle a Harry y Meghan Frogmore Cottage. Todos pensamos que era muy grande de su parte. Ella dijo: ‘Espero que lo respeten’”, aseguró.
Por ello, la petición de los Sussex le pareció muy "inapropiada" a Isabel II y "sugirió educadamente pero con firmeza" que vivieran en Frogmore Cottage.
Asimismo, otro de lo lugares que estaban pensados para que la pareja habitara era Adelaide Cottage, donde ahora viven los príncipes de Gales junto a sus tres hijos.
amv