La siesta es un pequeño descanso diurno, hay algunos que aseguran que tomar una les permite continuar con las obligaciones del día y funcionar; sin embargo sus detractores afirman que dormir en el día los pone de malhumor e incluso les es imposible conciliar el sueño en la noche.
Las personas que suelen echarse la siesta se preguntan cuánto tiempo debe durar este descanso, al igual que las personas que no tienen la costumbre de dormir durante la tarde se preguntan si sería bueno o no. Te contamos todo lo que debes saber sobre este tema.
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Cabe destacar que hay maneras correctas e incorrectas de tomarlas, así como que hay varios tipos de siestas.
Beneficios de una siesta
Si se toma de manera correcta las ventajas de esta pueden ser:
- Reducir la somnolencia.
- Mejorar el aprendizaje.
- Ayudar a la formación de la memoria.
- Regular las emociones.
- Mejorar el estado de alerta y el tiempo de reacción de los trabajadores por turnos.
Tipos de siestas
De recuperación: El deficiente sueño durante la noche puede hacer que las personas se sientan cansadas al día siguiente. Una siesta de recuperación es una manera de compensar la pérdida de sueño.
Profiláctica: Es una siesta preventiva que se toma como preparación para la pérdida de sueño.
Apetitiva: Se toman para disfrutarlas, cuando uno tiene tiempo y puede "darse ese gusto". Puede ser relajante y mejorar el estado de ánimo y el nivel de energía al despertar.
De satisfacción: Este tipo de siestas son las que se programan con antelación durante el día, son más comunes en el caso de los bebés aunque también pueden ocurrir espontáneamente en niños de todas las edades.
Siesta esencial: Cuando alguien está enfermo, tiene una mayor necesidad de dormir, ya que su sistema inmunológico genera una respuesta para combatir infecciones o promover la curación, y eso requiere energía adicional.
El tiempo perfecto para dormir la siesta
Aunque existe disparidad de opiniones sobre cuánto debe durar la siesta perfecta para ser beneficiosa, la mayoría de los expertos coinciden en que no debe ser demasiado larga. Es decir, lo suficiente para ser reparadora, pero no prolongarse en exceso como para ser perjudicial.
Y es que, tal y como han demostrado diversos estudios, mientras una siesta corta, de entre 15 y 30 minutos de duración, ofrece numerosos beneficios para la salud, las más largas, como el caso de las superiores a 60 minutos, puede ocasionar malestar.
De acuerdo con un estudio publicado en Journal of Sleep Research, con 10 minutos de siesta es suficiente para mejorar la capacidad mental y poder afrontar el resto del día.