Cuando se llega a los 40 años, el metabolismo empieza a ralentizarse y la vida se vuelve más sedentaria, es por ello que se debe poner mayor atención a lo que se come y se bebe.
Si eres de las personas que realizan ejercicio y controlan su dieta, también debes tomar en cuenta lo que bebes porque un estudio norteamericano reveló que cerca del 20% de las calorías que se ingieren se obtienen de forma líquida.
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Es por ello que decidimos dejarte una lista de seis bebidas sin alcohol que debes evitar a partir de esa edad si quieres mantener una vida saludable.
Limonada casera
La limonada reúne una gran cantidad de calorías y azúcar.Si se toma un vaso no hará daño pero la ingesta excesiva y constante puede provocar muchos problemas en la salud. Lo mismo la limonada envasada, ya que una lata de 35 mililitros puede llegar a contener hasta 40 gramos de azúcar.
Yogur líquido
El yogur en formato bebible puede ser muy práctico, incluso mucha gente lo elige para darlo a niños y asegurarse de que tomen leche y probióticos. Pero si estos probióticos están azucarados también se convertirán en un problema a largo plazo. Lo mejor es tomar yogur natural sin azucarar.
Tónica
Son muchas las personas que piden un gin-tonic en un bar creyendo que el refresco transparente dañará menos su estómago y contendrá menos azúcar, pero esto no es cierto. Una lata de tónica te aportará 124 calorías y más de 30 gramos de azúcar.
Infusiones laxantes
Tomar un té o cualquier otra infusión laxante hace que se desaprovechen los nutrientes, vitaminas y minerales que el intestino suele absorber. Además, hacerlo de forma constante puede provocar déficits de nutrientes a largo plazo.
Bebida de té embotellada
El té es una de las bebidas más consumidas del mundo, el problema es que su versión embotellada tiene solo una pequeña cantidad y lo que en realidad se bebe es agua, azúcar y colorante.
Café
Aquellas personas que toman más de cuatro cafés de gran tamaño al día podrían exceder la cantidad máxima diaria de cafeína recomendada, que es de 400 miligramos.
Este exceso puede traducirse en pérdida de masa ósea (osteoporosis, especialmente en las mujeres), aparte de los efectos típicos de insomnio, intranquilidad y cefaleas.
abc