Mucho se ha hablado sobre Diana de Gales y la relación que mantenía con todos los miembros de la Familia Real Británica. Su muerte resultó ser todo un escándalo y provocó incertidumbre e intranquilidad en la reina Isabel II, así que decidió tomar cartas en el asunto y tuvo que practicar un ritual para alejar al espíritu de Lady Di.
La princesa de Gales resultó ser toda una figura, no sólo para el pueblo británico, sino para el mundo en general, pues con su carisma y sencillez logró conquistar al público, mientras su corazón era peleado por diferentes hombres antes y después de su matrimonio con el príncipe Carlos.
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Su muerte resultó ser un trágico hecho que sacudió al mundo y a la Corona Británica, pues se llegó a decir que ellos habían mandado provocar el accidente en el que falleció; incluso, hay diferentes teorías de conspiración por las que se piensa que la muerte de Lady Di fue un asesinato.
A días de la muerte de Diana de Gales, la intranquilidad invadió a la reina Isabel ll, según lo rescató el medio Daily Mail luego de que tuvo acceso a algunos textos del biógrafo de la Familia Real, Kenneth Rose.
Reina Isabel y el ritual para alejar al espíritu de Diana de Gales del castillo
La familia de Kenneth mencionó que él nunca compartió esta información, por lo que decidieron recopilar las historias que estaban en su diario para después compartirlas en una serie de libros.
Pero entre las historias que no llegó a compartir, el biógrafo mencionaba que tras la muerte de Lady Di, la reina Isabel II vivió los 10 días más tormentosos de su vida porque consideraba que había un espíritu rondando en el castillo de Sandringham.
Kenneth Rose habló con Prue Penn, una de las damas de compañía de la reina Isabel II, quien fue invitada para asistir al ritual que alejaría al supuesto espíritu de Diana y que estaba causando intranquilidad en la monarca.
“Prue Penn, una de las damas de compañía de la reina, me contó que durante el verano, Isabel la invitó a Sandringham para participar en un pequeño y secreto servicio religioso”
El testimonio comentó que el ritual se llevó a cabo en una de las habitaciones del castillo y que las únicas personas presentes eran: la reina Isabel ll, el párroco al que se le llamó y Prue Penn.
Juntos recorrieron cada una de las habitaciones y, cuando llegó a la habitación en la que dormía el rey Jorge VI, padre de la monarca británica, el sacerdote confirmó que sentía “una suerte de energía de falta de paz”.
A pesar de que esa habitación había sido utilizada por el difunto rey, el sacerdote comentó que se trataba de una alma que había muerto en circunstancias violentas, así que él consideraba que se trataba de Diana de Gales.
El biógrafo argumentó que el ritual no se trataba de un exorcismo, sino que los presentes sólo “tomaron la comunión y rezaron tanto por el espíritu que rondaba en la habitación como por el descanso del alma del Rey, quien había muerto en esa habitación”.
mva