El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, admitió que el brote de covid-19 que enfrenta su país “es un gran desastre” debido a la incompetencia burocrática y médica, según lo publicado en medios estatales.
Kim anunció una batalla total para abordar la propagación del virus durante una reunión de emergencia, después de que se confirmaran los primeros casos, aunque los expertos creen que el virus ya lleva un tiempo circulando en el país.
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Se teme que el brote pueda tener consecuencias nefastas en Corea del Norte debido a que su población, de 25 millones, es vulnerable debido a la falta de una programa de vacunación y un sistema de salud deficiente.
Medios estatales informaron que durante las últimas semanas se ha registrado medio millón de casos de fiebre inexplicable. El país tiene una capacidad limitada para hacer test de covid-19, por lo que la mayoría de los casos no están confirmados.
"La propagación de la epidemia maligna es [la mayor] agitación que ha caído sobre nuestro país desde su fundación", dijo Kim, citado por la agencia oficial de noticias KCNA.
Durante dos años, Corea del Norte ha declarado estar libre de covid-19 después de sellar sus fronteras a principios de enero de 2020. Además, el año pasado rechazó las ofertas de la comunidad internacional de suministrar millones de dosis de AstraZeneca y de fabricación china.
Corea del Norte comparte fronteras con Corea del Sur y China, que han luchado contra fuertes brotes. Justo ahora, China lucha por contener una ola de ómicron con bloqueos en sus ciudades más grandes.
Kim Jong-un anunció nuevas reglas contra el covid-19 durante una aparición televisiva en la que se le vio portando una mascarilla. Entre las nuevas medidas ordenó controles de virus de “máxima emergencia” los cuales incluyen cierres locales y restricciones de reuniones en los lugares de trabajo.
Corea del Sur ofreció ayuda humanitaria después del anuncio del 12 de mayo pero Pyongyang aún no ha respondido.
Con información de BBC News
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