Las relaciones humanas siempre han sido complicadas, de hecho, algunas pueden tornarse demasiado competitivas cuando se habla de personas que se desempeñan en actividades similares.
Ese fue el caso de los empresarios estadounidenses Bill Gates y Steve Jobs, quienes tuvieron varios encontronazos durante los años 80. Sin embargo, con el paso de los años, su relación cambió a tal grado que ambos reconocieron el buen trabajo que realizó el otro.
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Las peleas
Uno de los episodios más recordados entre ambos líderes fue cuando Jobs intentó convencer al dueño de Microsoft que fabricara un software para su nuevo ordenador Macintosh. Gates dijo que el encuentro fue “una extraña visita de seducción” en la que el dueño de Apple declaró que no necesitaba la ayuda de Microsoft, pero al mismo tiempo pretendía que participara en dicha tarea.
Otro de los enfrentamientos más significativos llegó con la presentación de la primera versión de Windows (1985). Jobs aseguró que Gates lo había plagiado, a lo que el dueño de Microsoft respondió que tal afirmación solo reflejaba la distorsionada realidad en la que vivía el dueño de Apple.
"Si él cree eso, realmente ha entrado en uno de sus propios campos de distorsión de la realidad", dijo.
Incluso, en una de estas guerras de palabras, Steve Jobs llegó a afirmar que Bill Gates nunca había inventado nada y que había robado descaradamente las ideas de otras personas.
“Bill Gates es un hombre poco imaginativo que nunca ha inventado nada. Por eso creo que ahora se siente más cómodo con la filantropía que con la tecnología. Robó descaradamente las ideas de otras personas. Sería un hombre más abierto si se le hubiera caído alguna vez ácido o se hubiera ido a un Áshram de joven (lugar de meditación y enseñanza hinduista)”, dijo.
Ante estas declaraciones, Gates aseguró que Steve era “una persona rara y un ser humano defectuoso”.
Los halagos
Sin embargo, las cosas cambiaron cuando Jobs lanzó el iPod, el iPhone y el iPad, tres productos que sorprendieron a Gates, quien confesó lo tomaron algo desprevenido.
"Creo que necesitamos un plan para demostrar que, pese a que Jobs nos ha tomado algo desprevenidos de nuevo, podemos actuar rápido para hacer las cosas mejor", aseguró.
Incluso, tras la muerte del originario de San Francisco, California, los halagos se hicieron más habituales.
“Respeto a Steve, pudimos trabajar juntos. Nos incitábamos mutuamente, incluso como competidores. Nada de lo que dijo me molesta en absoluto. Creo que algunas veces llegamos demasiado lejos. Le admiro por la compañía que ha creado y disfruté trabajando con él. Es inteligente y en realidad tiene un buen sentido del humor", afirmó.
ABC