En un hecho que ya indigna al mundo, la Policía Federal de Brasil rescató a un grupo de 15 jirafas que vivían en condiciones deplorables en un resort-safari del litoral de Río de Janeiro.
Las autoridades acudieron después de recibir varias denuncias de defensores de los derechos de animales, quienes describieron el cruel trato que recibían 18 jirafas confinadas en un cobertizo de apenas 40 metros.
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Los mamíferos llegaron en noviembre pasado a bordo de un avión proveniente de Johannesburgo, Sudáfrica, en la que se consideró la mayor importación de estos animales al país latinoamericano.
Su destino era un nuevo hogar en el zoológico Bioparque de Río de Janeiro, sin embargo, más tarde fueron trasladadas hasta el complejo turístico Sarafi Portobello, en Mangaratiba, para pasar la cuarentena.
Según explicaron los encargados del lugar, su estancia solo sería temporal, pero ésta terminó por alargarse más de la cuenta.
Las jirafas estuvieron más de 75 días encerradas en un pequeño depósito “con una limpieza precaria y sin luz de sol”, denunció el ambientalista Márcio Augelli. Explicó que recibió informes de que vivían en un ambiente insalubre, con heces y orinas en el suelo.
Durante el rescate, la policía de Brasil arrestó a dos hombres por maltrato animal. Asimismo, se inició una investigación junto al Instituto brasileño del Medio Ambiente y Recursos Naturales (IBAMA) por la muerte de tres jirafas que lograron escapar del confinamiento.
Bioparque, responsable del resort, explicó que consiguió llevarlas de vuelta al cobertizo una vez que las hallaron, pero no resistieron. "Las jirafas son muy sensibles y, por ello, determinadas situaciones pueden provocar el desequilibrio orgánico del animal", señaló.
El Foro Nacional para la Protección y Defensa de los Animales ya se ha pronunciado al respecto de este caso y puso en marcha una petición para prohibir "la importación, comercialización y captura de animales" con fines de entretenimiento.
Las 15 jirafas sobrevivientes ya se encuentran bajo el cuidado de la IBAMA. En tanto, Bioparque sigue negando los maltratos y acusó que las denuncias son infundadas.
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bnaj