En medio de su sexta ola de coronavirus y con casi 300 mil nuevos contagios en la última semana, el gobierno de España anunció una insólita medida para lidiar con la pandemia. Se trata de una nueva estrategia para cambiar la forma de evaluarla conocida como la “gripalización” del Covid-19.
Resulta que las autoridades de este país llevan semanas trabajando en hacer una vigilancia centinela del covid, pero con un giro bastante sorpresivo, pues ya no llevará el registro del número de contagios, sino que solo atenderá los datos de hospitalizaciones.
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La propuesta, reveló el presidente de España, Pedro Sánchez, es comenzar a abordar el coronavirus como si fuera una enfermedad endémica, es decir, como si se tratara de una gripe común y de poca frecuencia.
"Creo que tenemos las condiciones para que, con precaución y poco a poco, empecemos a evaluar la evolución de esta enfermedad con parámetros diferentes, similares a los usados en la gripe”, sostuvo el presidente español en una entrevista en la Cadena Ser.
De acuerdo con el diario El País, el siguiente paso será que el gobierno de España ponga fin al monitoreo de cada caso de Covid-19, además, dejará de realizar pruebas ante la aparición de síntoma menores. De este modo, se abandonará la vigilancia universal para entrar a una nueva fase “centinela”.
En este nuevo sistema, un grupo de profesionales de la salud tendrán la misión de crear una muestra que resulte estadísticamente significativa para calcular la expansión de la enfermedad, dejando atrás el conteo exhaustivo de los contagios.
Así, se intentará acabar con la saturación de la atención primaria, la cual solo se enfocará en los cuadros más graves, mientras que los más leves serán tratados en los domicilios.
En conclusión, el Covid-19 será tratado como la gripe: con una diagnóstico clínico y recomendaciones generales sobre autocuidado, reservando los servicios de salud y de emergencia a quienes realmente lo necesiten.
Argumentos en contra y a favor de "gripalizar" el Covid-19
A partir de este anuncio, la comunidad médica se ha divido en dos posturas: quienes están en contra de esta medida y quienes la apoyan.
Para algunos especialistas, se trata de una decisión precipitada que intenta “minimizar” la magnitud del problema y de reducir importancia a una situación que se encuentra fuera de control. Sobre todo, recordaron que el Covid-19 no es una gripe, a pesar de que pareciera que el virus ahora ataca con menor agresividad.
Tanto la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) y la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) han dicho que esto daría lugar a un profundo desconocimiento del panorama epidemiológico y destacaron que los casos asintomáticos también deben ser tomados en cuenta, pues el Covid-19 es todavía una enfermedad desconocida: no se sabe qué número mutaciones tendrá, su evolución en el grado de infección y sus alternativas para el tratamiento con fármacos.
Por otro lado, la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SEMFYC) ha defendido la postura del gobierno y opinan que esta medida significa progreso para la sostenibilidad del sistema sanitario.
Sostienen que es posible transitar hacia un nuevo modelo de vigilancia gracias a la excelente tasa de vacunación del país y a que la cepa Ómicron ha demostrado ser menos grave.
Con información de RT y El País
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bnaj