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Virus de Marburgo: la fiebre casi tan mortal como el ébola que asusta al mundo; esto se sabe

Los síntomas de dicho virus aparecen bruscamente, entre ellos, fiebre elevada, dolor de cabeza intenso y dolores musculares

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que la detección de dos casos del virus de Marburgo (EVM) en Ghana encendió las alertas pues se trata de una enfermedad "grave y, a menudo, mortal", que no tiene vacuna de prevención.

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La OMS señala que los síntomas de dicho virus aparecen bruscamente, entre ellos, fiebre elevada, dolor de cabeza intenso y gran malestar, así como frecuentes dolores musculares.

Posteriormente, generalmente el tercer día de incubación del virus, pueden aparecer otros malestares como diarrea acuosa intensa, dolor y cólicos abdominales, náuseas y vómitos. Los ojos se hunden, los pacientes sufren letargo extremo y presentan lo que la OMS describe como “aspecto de fantasma”.

Entre los días cinco y siete, los enfermos pueden presentar hemorragias graves, a menudo en varios órganos. Incluso el sangrado espontáneo en los lugares de venopunción donde se administran líquidos o se extraen muestras de sangre puede ser especialmente problemático.

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Esta enfermedad también afecta el sistema nervioso central: los pacientes presentan confusión, irritabilidad y agresividad. En la fase tardía de la enfermedad (a los 15 días del inicio) puede presentarse orquitis (inflamación de testículos) en hombres.

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La muerte suele producirse a los ocho o nueve días del inicio de los síntomas. “Se suele preceder de grandes pérdidas de sangre y de choque”, dice la OMS.

La tasa media de letalidad de la enfermedad, alerta la OMS, oscila en torno al 50%. Sin embargo, puede ser de hasta 88%, dependiendo de la cepa vírica y de la atención. La OMS subraya que la rehidratación y la administración rápida de tratamiento sintomático mejoran la supervivencia.

Origen

Se considera que el huésped natural del virus de Marburgo es el murciélago de la fruta, el cual lo trasmite al ser humano y se propaga entre estos directamente.

La EVM se identificó por vez primera en 1967 tras registrarse simultáneamente brotes en Marburgo y Frankfurt, Alemania, y en Belgrado, Serbia.

Los brotes de 1967 se asociaron al trabajo en laboratorios con monos verdes africanos importados de Uganda. Posteriormente, se han notificado brotes y casos esporádicos en Angola, Kenia, República Democrática del Congo, Sudáfrica y Uganda.

En 2008 se notificaron dos casos independientes en viajeros que habían visitado una cueva habitada por colonias de murciélagos Rousettus, en Uganda.

Transmisión

Se transmite por contacto directo de la piel lesionada o las mucosas con sangre, secreciones, órganos u otros líquidos corporales de personas infectadas, así como con superficies y materiales contaminados con dichos líquidos, como ropa personal o de cama.

El contagio a través de materiales para inyección contaminados o de pinchazos con agujas se asocia a una mayor gravedad de la enfermedad, a un agravamiento más rápido y, posiblemente, a una mayor tasa de letalidad.

El virus de Marburgo también se puede contagiar en las ceremonias funerarias en las que los dolientes tienen contacto directo con el cuerpo del difunto.

Tratamiento

De acuerdo con la OMS, no se ha demostrado la eficacia de ningún tratamiento para neutralizar este virus, pero están desarrollando varios tratamientos inmunológicos, farmacológicos y con hemoderivados.

Tampoco existe, hasta el momento, una vacuna contra la EVM.

La terapia de apoyo mediante rehidratación oral o intravenosa y el tratamiento de determinados síntomas mejoran las oportunidades de supervivencia.

La OMS indica que en algunos casos se podría probar el uso de “anticuerpos monoclonales en desarrollo y ciertos antivíricos que se han utilizado en estudios clínicos para tratar el ébola, como el remdesivir y el Favipiravir”.

abc

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