La lucha contra el coronavirus todavía no termina, pues ante el surgimiento de las nuevas cepas, los científicos continúan buscando una manera de lograr que las vacunas puedan proteger también contra estas variantes. Y una de las posibles soluciones es el uso de los “potenciadores”.
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Como su nombre lo dice, estas sustancias ayudan a mejorar la respuesta del sistema inmune del cuerpo ante las nuevas amenazas. El doctor Peter Marks, director del Centro de Evaluación e Investigación Biológica de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EU, explicó a CNN que por ahora la principal preocupación es poder saber cuánto tiempo dura la protección de las vacunas contra el coronavirus.
En ese sentido, un posible refuerzo aplicado dentro de un año o algunos meses podría funcionar como potenciador de la inyección original. Sin embargo, los expertos detallaron al medio que no solamente se trata de reaplicar la vacuna cada cierto tiempo, sino de encontrar algo que ayude al cuerpo humano a responder y crear sus propias defensas contra las distintas cepas.
El riesgo de las enfermedades estacionales
CNN explicó usando por ejemplo la influenza estacional, para la cual ya existe una vacuna. En estos casos, la inmunización utiliza un medicamento que se creó hace años, pero que ha logrado ser efectivo también para prevenir la aparición de casos graves incluso cuando el virus presenta mutaciones.
Y esto es lo que se quiere lograr también con los fármacos para inmunizar frente al COVID-19. En el libro ‘Inmunopotenciadores en Vacunas Modernas’, los autores detallan que actualmente se está investigando el uso de unas células denominadas adyuvantes, que “provoquen la respuesta inmune deseada”.
“[Las] vacunas, en la mayoría de los casos, requieren el uso de moléculas inmunoestimuladoras conocidas como adyuvantes para provocar la respuesta inmune deseada. Debido al creciente conocimiento sobre los mecanismos moleculares que regulan la activación del sistema inmunológico, los receptores de reconocimiento de patrones (PRR) han sido reconocidos como los principales actores en la estimulación de las células inmunes innatas y, por lo tanto, se investigaron ampliamente como posibles objetivos para el desarrollo de una nueva vacuna”.
Esto significa que, pueden introducirse algunos tipos de células en las formulaciones que tengan la capacidad de reconocer las características básicas de los virus para responder de manera adecuada sin importar sus modificaciones.
acmg