Andrés Filomeno Mendoza Celis, mejor conocido como "El Feminicida de Atizapán", habló por primera vez desde la cárcel luego de ser acusado de haber asesinado a por lo menos 19 mujeres a las cuales enterró en el sótano de su casa.
Desde el penal de Tenango del Valle, el hombre de 72 años, habló de cómo es su estancia en prisión, donde permanecería en aislamiento y solo saldría a tomar el sol una hora al día.
En sus primeras declaraciones, Mendoza dio una breve descripción de cómo es que pasa el tiempo tras las rejas. "Pues sí me han dado un libro para estudiar historia. Me han dado para distraer un rato. Me dan ánimo", contó al periodista Carlos Jiménez.
Asimismo, al tocar el tema de sus crímenes, el feminicida de Atizapán refirió que "ya lo que ya se hizo, pues hay que aguantarse".
"Nomás hay que tener fe en Dios", agregó y reveló que la trabajadora social del penal lo visita y, según él, le da consejos.
"Ya lo que sucedió, sucedió y ya. Yo sé que se arrepiente uno, pero demasiado tarde. Ya sucedieron las cosas”, dijo.
Asimismo, Mendoza Celis admitió haberse arrepentido por todo lo que hizo. Además, reveló que solamente puede salir una hora de su celda para tomar el sol y que se mantiene totalmente aislado, sin compañeros de cuarto y con vigilancia las 24 horas.
"Sea como sea, fuiste ratero, fuiste secuestrador, mataste, pues uno ya lo hizo", narró.
Alrededor de cuatro mil 300 restos óseos de al parecer 19 cuerpos han sido encontrados hasta el momento en la casa del feminicida de Atizapán. En sus relatos, el hombre habría confesado la forma en que manipulaba los cuerpos, mismos que incluso habría comido.
Asimismo, se dio a conocer que llevaba una bitácora con los nombres de sus víctimas, hora de muerte y el peso de cada una de sus extremidades.
Los crímenes de este hombre salieron a la luz luego de que el pasado 15 de mayo fue descubierto el asesinato de Reyna González, de 34 años, el último de presuntamente una treintena de crímenes que cometió Mendoza en el domicilio ubicado en la colonia Lomas de San Miguel, Atizapán de Zaragoza, en el estado de México.
En el lugar los investigadores encontraron zapatos de mujer, maquillaje y listas de nombres; así como varias tarjetas de identificación que pertenecían a mujeres que habían sido reportadas como desaparecidas desde hace cinco años.
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