Podemos tener una aproximación a las dimensiones de la población indígena latinoamericana en Estados Unidos a través del estudio de Javier Huízar Murillo e Isidro Cerda, "Migrantes mexicanos indígenas en el Censo del año 2000 en Estados Unidos: los indios hispanoamericanos", incluido en el libro Indígenas mexicanos migrantes en los Estados Unidos (2004), en el cual se menciona que, a partir de la construcción de la categoría indio hispanoamericano (indígena latinoamericano), es posible encontrar que esta población en el año 2000 sumó un total de 407, 073 personas, las cuales son principalmente de origen mexicano y guatemalteco, pertenecientes a los pueblos maya, mixteco, zapoteco, triqui y purépecha, asentados mayoritariamente en los estados de California, Texas, Nueva York y Arizona.
Esta cifra representó el 1.1% del total de la población de origen latinoamericano en Estados Unidos, que en ese entonces ascendía a 35.3 millones de habitantes de acuerdo con la Oficina del Censo de Estados Unidos. En 2021, la población de origen latino en ese país superó los 62 millones de habitantes (19% de la población total), lo cual nos abre un panorama para conocer el incremento de la población indígena latinoamericana que actualmente vive y trabaja en nuestro vecino del norte.
En este sentido, si bien existe información sobre la población latina migrante en Estados Unidos, que permite hacer aproximaciones sobre su magnitud, ubicación, intensidad y características, es necesario profundizar en la etnicidad como elemento diferenciador.
Lo anterior, ha estado presente en diversos análisis en las últimas décadas y ha cobrado relevancia recientemente en Estados Unidos con acciones muy concretas por parte de la comunidad indígena migrante, por ejemplo, el Mixteco Indígena Community Organizing Project o Proyecto Mixteco, logró que se incluyera la pertenencia a la comunidad indígena mixteca en los formularios de inscripción escolar, esto en un Distrito escolar del condado de Ventura en California, con la finalidad de brindar mejores servicios educativos a las infancias.
Adicionalmente, está la iniciativa impulsada por la Coalición Latina para una California Saludable o Latino Coalition for Healthy California, que a través de la propuesta de Ley de Reducción de Disparidades Latinxs e Indígenas (SB 435) busca garantizar el acceso equitativo a los servicios de salud, a partir de la recopilación y desagregación por parte de los departamentos estales, de información sobre subgrupos latinos y pueblos indígenas mesoamericanos como los mixtecos, zapotecos, triquis, mayas, nahuas, entre otros.
Es fundamental hacer un esfuerzo adicional en el levantamiento y recopilación de información a nivel micro y macro, a través de formularios, censos y análisis más desagregados que incluyan la adscripción indígena y la lengua en el conocimiento de las dinámicas migratorias, tanto en los países de origen como de destino.
Esto permitirá establecer políticas públicas equitativas y pertinentes culturalmente, a fin de garantizar el cumplimiento de los derechos humanos (individuales y colectivos) de las personas que integran los pueblos indígenas con una etnicidad transnacional.
No obstante, lo anterior, y las muchas dificultades que se presentan, en el caso de nuestro país, durante el Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, la atención a los pueblos indígenas y originarios en Estados Unidos ha sido una prioridad. De tal forma que el Instituto de Mexicanos en el Exterior (IME) y la red consular, han establecido un dialogo cercano y un trabajo conjunto con las comunidades indígenas migrantes para lograr conocer su proporción dentro de la diáspora mexicana.
Además, han generado acciones concretas como la apertura de 9 Ventanillas de Atención Integral a Pueblos Originarios e Indígenas de México en el Exterior (VAIPOIME) para brindar una atención especializada y transversal en lenguas indígenas a las comunidades en el exterior; así como la publicación de un primer mapeo en la Revista Casa de México (agosto de 2022) del cual se desprende que los estados con mayor presencia de población indígena son California, Nueva York, Florida, Nueva Jersey y Washington, en donde se concentra principalmente población de origen mixe, zapoteco, mixteco, tlapaneco, chinanteco, amuzgo, nahuátl y tsotsil.
Por otro lado, la Oficina del Censo de Estados Unidos realizó un cambio significativo en el diseño de preguntas para el Censo de 2020, separando la raza y etnia, lo que permitió una descripción más completa y precisa sobre la forma en que las personas se autoidentifican. Derivado de este ejercicio, entre 2010 y 2020, el número de personas de origen hispano o latino que reportaron más de una raza aumentó 567% de 3 millones (6.0%) a 20.3 millones (32.7%).
No queda duda que la construcción de información debe ser un trabajo conjunto realizado por autoridades, sociedad civil, colectivos y organizaciones interesadas. No es una labor fácil, ni rápida, considerando que han pasado décadas en donde ha persistido la concepción de la migración latinoamericana como homogénea.
Seguramente la unión de voluntades rendirá frutos pronto y nos permitirá avanzar en la visibilidad estadística y por ende en el reconocimiento de la identidad de los pueblos originarios, la igualdad, así como la no discriminación; aspectos que forman parte de los desafíos que se tienen con la población indígena y que trasciende a contextos internacionales.
Patricia Tepozteco
Twitter: @PatriciaTepoz