Hace un par de semanas, en el Consulado General de México en Chicago en una emotiva ceremonia encabezada por el embajador de México en Estados Unidos, Esteban Moctezuma Barragán, se entregaron actas de nacimiento a mujeres, hombres, niñas y niños de segunda y tercera generación nacidos en ese país. El diplomático reconoció que "lo más importante que les están heredando a sus hijas e hijos es la nacionalidad mexicana". Esto ocurre después de la reforma en 2021 a la Constitución Mexicana, la cual permite que cualquier persona con padres y madres que hayan nacido fuera del territorio nacional puedan ser reconocidos como mexicanas y mexicanos de pleno derecho.
En este acto estuvieron presentes también, distintos servidores públicos de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), la cónsul de México en Chicago, Reyna Torres Mendivil; el jefe de la Unidad para América del Norte, Roberto Velasco Álvarez; el director del Instituto de los Mexicanos en el Exterior (IME), Luis Gutiérrez, la directora general de Protección Consular y Planeación Estratégica, Vanessa Calva Ruiz, así como la diputada migrante por la bancada de Movimiento Ciudadano, Elvia Yolanda Martínez Cosío.
La cónsul, expresó a la comunidad: "que las niñas y niños, crezcan con la fortaleza que les da tener las dos nacionalidades, (…) y para los adultos que también tomaron esta decisión, que sepan que se han cambiado las leyes en México para que esto sea posible". Por su lado, Luis Gutiérrez, también les habló a las comunidades e hizo énfasis en su afán de llegar a ellas, y de preocuparse por las nuevas generaciones que nacen en el exterior. La diputada federal migrante se dijo aliada en la lucha de los migrantes, y conocedora de las causas, por lo que felicitó a todas las personas que ahora son mexicanas.
Parecería estar fuera de contexto las peticiones y demandas de las comunidades mexicanas en el exterior, y en particular en Estados Unidos, que expresan en los espacios que tienen, pues como ellos mismos lo invocan, el hecho de ser mexicano no se termina cruzando la frontera. Velasco reconoció que son parte de México, incluso estando de este lado de la frontera, y subrayó que estas acciones forman parte del fortalecimiento y de la mejora de las 53 oficinas consulares en Estados Unidos, y de las 100 en el resto del mundo a donde las personas pueden acudir para llevar a cabo el registro de nacimiento.
También Calva Ruiz, habló del rol del consulado y de los beneficios que éste ofrece a las personas mexicanas, en particular sobre del acceso a información, la cual es segura y confiable, e invitó a que se acerquen al consulado. Recordemos dos de los principios por los cuales se puede adquirir la nacionalidad: el Ius soli, como el derecho que se adquiere por nacer en determinado territorio, y el Ius sanguinis, el derecho que se adquiere a través de los progenitores.
El caso mexicano no siempre fue así, puesto que previo a la reforma del artículo 30 de la Constitución Política Mexicana (17 de mayo de 2021), se reconocía como persona mexicana a quien naciera en territorio extranjero, siendo hija o hijo de padre o madre mexicana, con la condición de que estos hayan nacido en territorio nacional. Situación que evidentemente, limitaba la transmisión de la nacionalidad, ya que si bien, la primera generación de hijos que nacía fuera de la República, sí cumplía con el requisito de que sus padres hayan nacido en territorio nacional, creaba desigualdades al no amparar a la generación siguiente (segunda generación) y las subsecuentes (tercera generación y etc.), ya que no podían cumplir con la condición de ser mexicanos por haber nacido en territorio nacional, situación que impedía transmitir la nacionalidad a su descendencia.
Actualmente, con la reforma que eliminó «nacido en territorio nacional», se suprimió también el candado que impedía transmitir la nacionalidad a las futuras generaciones y así permite que, como lo indicó el titular del IME, Luis Gutiérrez la reforma a la constitución reconoce la ciudadanía por consanguinidad, abre un gran universo de 11 millones de personas nacidas en Estados Unidos que podrían hacerse mexicanos. Lo cual permite el reconocimiento de derechos en ambos lados de la frontera, para que así tengan lo mejor de ambos mundos y de ambas ciudadanías.
En un contexto en el cual, los migrantes que llegaron a Estados Unidos hace décadas y ahora ya son padres, madres e incluso abuelos, este cambio en la ley representa un logro sin precedentes y un gran avance en el reconocimiento a la identidad y sus derechos, a la par de que es un paso hacia el entendimiento de las nuevas maneras de sentirse y saberse mexicano.
A poco más de 2 años, la reforma ha tenido resultados tangibles, prueba de ello es que los registros de nacimiento en el consulado de México en Chicago en 2022 fueron del orden de 2,322 mientras que, hasta agosto del 2023 ya se contabilizaban más de 2,200. Por lo que queda claro, las comunidades en el exterior tienen interés en acceder a la nacionalidad mexicana, pues como bien lo dicen “Ser mexicano no se termina cruzando la frontera”.