El presidente Andrés Manuel López Obrador informó que se realizará una encuesta para consultar a los ciudadanos si están de acuerdo o no en que se elimine el horario de verano.
El mandatario adelantó que él tiene la facultad para cancelar la implementación de dicho horario, sin embargo presentará los resultados de una encuesta que definirá si el único que se queda sea el llamado "horario de Dios".
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AMLO dijo que recurrirá a la encuesta en lugar de una consulta pública, argumentando que el Instituto Nacional Electoral (INE) pediría muchos recursos para realizarla.
"Ya tenemos todos los estudios, ya nada más sería cosa, ni si quiera de hacer una consulta, porque si no nos va a arruchar el INE, quién sabe cuántos millones va a pedir. No, una encuesta y yo tengo la facultad para enviar una iniciativa”, destacó en conferencia de prensa matutina.
"La decisión se va a dar a conocer a más tardar en una semana. Si no es la semana próxima, la otra, se da a conocer la propuesta que tenemos para que se decida el que se suspenda lo del horario de verano", destacó.
Explicó que el horario que quedaría finalmente sería el de invierno, es decir que en octubre se regresaría una hora las manecillas del reloj y ése es el que quedaría.
"Va a quedar el horario que estaba anteriormente, que no quiero decir cómo le llamaban a ese horario, como le siguen llamando, hay que cuidar el estado laico, no sí lo voy a decir, el horario de Dios", refirió el presidente.
Esta semana, López Obrador argumentó que el horario de verano no genera tantos beneficios económicos, pues los ahorros en todo el país son poco más de mil millones de pesos, pero los supuestos daños a la salud son mayores.
"El año pasado el ahorro completo fuero 1,000 millones de pesos en todo el país, 1,000 millones de pesos….No por 1,000 millones de pesos vamos a permitir un daño a la salud", dijo.
El mandatario presentó estudios de la Secretaría de Energía, la Comisión Federal de Electricidad y la Secretaría de Salud para sustentar la decisión de revertir el horario de verano, implantado en México en 1996, durante el gobierno de Ernesto Zedillo.