Martes 12 de Marzo 2024
FEMINICIDA DE ATIZAPÁN

Así fue la 'TRAMPA' que tendieron al feminicida de Atizapán para arrestarlo: VIDEO

El feminicida de Atizapán tenía 27 años matando y atacando a mujeres, pero este caso lo puso tras las rejas

Feminicida de Atizapán.Fiscalía del Estado Créditos: Fiscalía del Estado
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Por 27 años el feminicida serial de Atizapán aterrorizó a las mujeres del Estado de México, bajo la sombra y el anonimato el sujeto raptó, torturó y privó de la vida, al parecer, a decenas de víctimas. Fue hasta que el aliento de la última mujer que asesinó abandonó su cuerpo que las autoridades notaron su presencia. 

Según narra el informe policíaco, la última víctima del sujeto fue la esposa de un comandante de policía; en ese momento las autoridades decidieron iniciar una investigación y encontraron toda una cloaca de delitos que estaban, prácticamente, a la luz del mundo entero. 

Andrés 'N', como se identificó ante las autoridades el día que lograron su detención, asesinó y desmembró a Reyna, una mujer de 34 años, quien tenía una pequeña tienda de teléfonos. El crimen ocurrió el 14 de mayo, al momento de su detención encontraron miles de piezas de huesos enterradas bajo el piso de su casa, localizada en Atizapán, en el Estado de México. 

En el hogar encontraron varias credenciales del INE o IFE que pertenecían a varias mujeres que reportaron como desaparecidas desde hace, casi, cinco años. También encontraron partes del cuerpo de Reyna cuidadosamente seccionadas, una sierra y un cuchillo ensangrentados. 

¿Cómo fue la detención? 

Cuando Reyna desapareció Bruno, su esposo, levantó la denuncia en la fiscalía aunque decidió no esperar. Además,  él tiene un acceso mucho mayor a herramientas de búsqueda como comandante de policía. 

“La verdad es que el ministerio público le quedó corto, no le quisieron ayudar. Bruno hace muchos trabajos de investigación”, dijo Sergio Baltazar el abogado de la familia de la víctima. 

Según contó Bruno, Reyna llevó a Andrés un amigo de la familia a un mercado mayorista de la Ciudad de México para comprar suministros. El feminicida a quien la víctima, su esposo e hijos llamaban El Viejo, era una obra de caridad y lo invitaban a su casa para comer. 

Aquel día que desapareció la mujer, Andrés tenía que ayudarla a cargar sus compras pero cuando no llegó a su casa, su esposo marcó al feminicida y él aseguró que no la había visto y que ella nunca se presentó para el viaje. Sin embargo, las cámaras mostraban otra cosas. 

Bruno con los privilegios que tenía en su trabajo, logró acceder a las cámaras de videovigilancia y ahí se dio cuenta que su esposa sí vio a Andrés. Ella entró a la casa de Andrés pero nunca salió de ahí. Dos días después, Bruno fue a la casa del sujeto acompañado por el hermano de Reyna.

Además, cerca del sitio había policías. Cuando por fin Bruno entró a la casa del feminicida no encontró nada hasta que el hombre marcó al teléfono de Reyna y comenzó a sonar. 

Cuando encontró el origen del sonido, el comandante vio un sótano improvisado con una pequeña entrada, ahí estaba lo que quedaba del cuerpo. Andrés trató de correr, pero los policías que estaban esperando aparecieron en el sitio.

El abogado del policía dijo que Andrés admitió algunos homicidios al principio, pero luego se calló.

“Él dice que de cinco se acuerda, pero ya cuando le ponen las libretas (con listas de nombres) enfrente, dice que no recuerda cuántos”, comentó Baltazar. Pero “él refiere que hizo grabaciones” de los asesinatos.

vbs