La condesa de Wessex, Sofía, fue fotografiada consolando a la princesa Ana hoy mientras los miembros de la familia real veían llegar a Edimburgo el ataúd de la reina Isabel II para descansar en el Palacio de Holyroodhouse durante la noche.
Sofía, de 57 años, esposa del hijo menor de la reina, el príncipe Eduardo, de 58, fue vista colocando su mano sobre la espalda de la princesa en un gesto de apoyo después de que el ataúd hiciera el viaje de Balmoral a la ciudad escocesa.
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Los hijos familiares de la reina observaron cómo los soldados del Regimiento Real de Escocia llevaban el ataúd al palacio. En un momento conmovedor, se observó a las mujeres reales haciendo una reverencia y los hombres inclinando la cabeza.
Su Majestad no viajó sola durante su viaje de 180 millas, Ana y su esposo estaban en una limusina como parte de una procesión justo detrás de ella. La reina permanecerá en el palacio durante la noche antes de ser trasladada a la Catedral de St. Giles mañana por la tarde, donde antes se reunió una gran multitud para presenciar la proclamación del rey Carlos como jefe de Estado.
Ayer, tanto la Princesa Ana como Sofía fueron vistas con los ojos llorosos mientras miraban los tributos florales dedicados a la reinadejados en Balmoral, junto con otros miembros de la familia real.
Mientras tanto, los dolientes escoceses rindieron homenaje a Su Majestad al bordear la ruta de la procesión de su ataúd por miles cuando salió de Balmoral por última vez. Silenciosos, sombríos y respetuosos, los simpatizantes se reunieron junto a caminos rurales, puentes y en los centros de pueblos y ciudades para despedirse de la mujer que nunca estuvo más en casa que cuando estuvo en Escocia.
Mañana, el rey Carlos y Camila, la reina consorte, visitarán Edimburgo y se unirán a sus otros hermanos caminando detrás del ataúd de su difunta madre cuando sea trasladado del palacio a la catedral de St Giles. A las 19.20 horas, la monarca realizará una vigilia ante el féretro de la difunta reina junto a otros miembros de la familia real.
Su Majestad y su familia fueron vistos a menudo en el pueblo de Royal Deeside, que había visitado desde la infancia y donde la familia real tiene espacio para ser ellos mismos. El coche fúnebre pasó por la iglesia de Glenmuick, donde el reverendo David Barr hizo sonar las campanas de la iglesia 70 veces después de que se anunciara la muerte de la reina.
Los simpatizantes de ambos lados de la carretera en Ballater, que estaba sombría y silenciosa, arrojaron flores al camino del coche fúnebre. El coche fúnebre redujo la velocidad a un paso rápido y los dolientes pudieron ver claramente el ataúd cubierto con el estandarte real y la corona con flores de la propiedad de Balmoral.
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