Era la noche del sábado 31 de agosto de 1997 cuando el mundo se congeló con una noticia que cambió para siempre la historia: la princesa Diana de Gales, también conocida como Lady Di, había muerto en un fatal accidente automovilístico en París. La confirmación de su deceso rompió los corazones de miles, pero para muchos, lo que ocurrió aquel día no se trató simplemente de un trágico suceso al azar.
Por el contrario, desde entonces han surgido varias teorías que aseguran que todo se trató de una conspiración planeada desde la corona para asesinarla. Acusaciones que a más de veinte años del hecho, aún siguen resonando entre los ciudadanos británicos e, incluso, en el resto del mundo.
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Son numerosos los informes, las investigaciones y los peritos que coinciden con el relato oficial de los hechos: que Diana estaba en un automóvil conducido por un hombre que se encontraba en estado de ebriedad y este factor, principalmente, fue el que desencadenó la tragedia.
Sin embargo, todavía hay quienes creen que algo más secreto y ocultó se planeó desde las sombras para matar a Diana y provocar el accidente que le quitaría la vida esa noche. Además, está el hecho de que la princesa no viajaba sola cuando tuvo lugar, sino que se encontraba en compañía del empresario egipcio y su entonces pareja sentimental, Dodi Al-Fayed, heredero del multimillonario Mohamed Al-Fayed, propietario de los grandes almacenes británicos Harrods, Fulham Football Club y el Hôtel Ritz.
Las conspiraciones fueron tan convicentes y se extendieron tan rápidamente, que el propio Mohamed al-Fayed presionó a la Policía Metropolitana para que lanzara la Operación Paget, una investigación que buscaba la verdad entre el mar de teorías y suposiciones.
Dicha operación duró varios años y costó millones de libras, pero gracias a ella se descubrió que ninguna de las teorías tenían algún fundamento. En efecto, todo parece indicar que lo que sucedió esa noche fue un accidente increíblemente desafortunado. En total, se examinaron 175 teorías sobre lo que pasó esa noche y, aunque se demostró que no eran ciertas, aún se mantiene el misterio de qué pasó realmente aquel fatidico día.
La muerte de Lady Di: ¿de quién fue la culpa?
Diana Spencer y su novio, el empresario egipcio Dodi Al Fayed, fueron detectados por reporteros gráficos saliendo del hotel Ritz de la capital francesa a donde habían ido a cenar. Perseguidos por los paparazzi, la pareja, el chofer y otra persona más salieron despavoridos y se subieron al Mercedes Benz S 280 alquilado al hotel.
En medio del túnel del Puente del Alma, y aún sin saber bien el porqué, la lujosa limusina chocó contra un pilar. Al Fayed murió al instante; Diana, horas después.
De acuerdo con el reporte forense, el conductor manejaba a una velocidad que pudo haber superado los 150 km/h y había ingerido un cóctel de alcohol y fármacos. Sólo el guardaespaldas, que viajaba en el asiento del acompañante, pudo salvar su vida, aunque debido a sus lesiones en la cabeza, no posee ningún recuerdo del accidente. Asimismo, la investigación arrojó que ninguno de ellos llevaba cinturón de seguridad.
Diana creía que la iba a matar
Una de las versiones que hasta la fecha se sigue replicando en torno a la muerte de Diana, es que la corona británica la quería muerta. O al menos eso es lo que pensaba Lady Di. Así se demuestra en una carta revelada por Paul Burrell, el mayordomo de Diana, quien dijo que se la había entregado para su custodia.
“Estoy sentada aquí en mi escritorio hoy en octubre, anhelando que alguien me abrace y me anime a mantenerme fuerte y con la cabeza en alto. Esta fase particular de mi vida es la más peligrosa. [...] está planeando 'un accidente' en mi automóvil, una falla en los frenos y una lesión grave en la cabeza para dejar el camino despejado para que Carlos se case”, decía.
Esta carta, que resultó inquietante y profética, daba cuenta que la princesa sí tenía preocupaciones respecto a su seguridad y que esta tendría que ver con la familia real y el príncipe Carlos.
Algo andaba mal con el Mercedes en el que viajaba Diana
Se sabe que el Mercedes de color negro que utilizaron Spencer y Fayed ese día, fue adquirido por un empresario en 1994, pero al poco tiempo lo robaron y apareció dañado en París. Luego de ser arreglado por completo, fue comprado por la compañía Etoile Limousine, una firma de autos de lujo que operaba, entre otros centros, con el hotel Ritz.
De acuerdo con el director de la compañía, el auto había sido usado por un alto funcionario de Mercedes-Benz de Francia, pero también reconoció que al incrementar la velocidad, señalaba fallas. Cuatro meses antes del fatal accidente del Puente del Alma, el lujoso sedán sufrió otro siniestro: lo robaron y lo abandonaron en una autopista. Finalmente fue reparado y devuelto a los dueños.
bnaj