Kim Kardashian eligió un estilo clásico y emblemático para la Gala del Met, causando sensación en internet una vez más al portar el lunes por la noche uno de los vestidos más famosos de Marilyn Monroe, el que usó cuando le cantó 'Happy birthday' al entonces presidente John F. Kennedy.
Aquí te contamos cómo la fundadora de la marca Skims logró que el Museo Ripley's Believe It or Not en Nueva York, le prestara el histórico vestido.
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Durante una entrevista con medios de comunicación en la alfombre roja, la socialité de 41 años habló del tema.
"La idea se me ocurrió después de la gala de septiembre del año pasado. Me dije a mí misma, ¿qué podía llevar para la temática americana que no fuera un look de Balenciaga? ¿Qué es lo más americano que se te ocurre? Y eso es Marilyn Monroe", dijo a la revista Vogue.
Regalo
A la celebrity no se le permitió conservar el icónico vestido comprado por Ripley en 4,6 millones de dólares en 2016, sin embargo, la también modelo recibió un regalo muy especial.
Se trata nada menos que de un mechón del cabello de Monroe por Ripley's Believe or Not!
"Realmente apreciamos su asociación y sentimos que era una gran socia con Ripley's Believe It or Not! para que podamos volver a contar la historia de Marilyn Monroe a una nueva generación", dijo Amanda Joiner, vicepresidenta de publicaciones y licencias de Ripley's, en entrevista para Us Weekly.
"Tenemos 25 mil exhibiciones en Ripley's, y cuando estamos trabajando con socios, queremos mostrarles nuestro lado peculiar también, y ese fue el regalo que elegimos darle a ella", agregó.
Ante esta gran sorpresa, Kim se mostró sumamente entusiasmada: "Oh, Dios mío, literalmente voy a hacer un poco de vudú loco para canalizarla", bromeó. "Esto es muy especial para mí. Muchas gracias, esto es genial", dijo en un video presentado por Access Hollywood.
La celebridad fue la última en desfilar por la alfombra roja de la Gala del Met acompañada por Davidson. Kardashian tiñó su cabello de rubio platino para emular a Monroe.
El vestido de tono crudo tiene más de 2.500 cristales cosidos a mano. Es tan entallado, que a Monroe se lo tuvieron que coser para cerrarlo cuando ya lo tenía puesto. Kardashian tuvo que bajar más de 7 kilos para poder lucirlo.