La serie documental de Netflix, Harry & Meghan, continúa sacando a la luz los detalles de la vida familiar de los duques de Sussex, en especial la relación de Meghan Markle con su padre, Thomas Markle, la cual se perdió completamente desde que la actriz se convirtió en esposa del príncipe.
Aunque en el capítulo dos de la miniserie se muestran algunos detalles de la infancia y juventud de la duquesa, es en el episodio tres donde se expone la tormentosa relación de la protagonista de Suits con su familia paterna.
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Al respecto, Meghan confesó que su hoy esposo le advirtió que su vida cambiaría por completo en el momento en que su relación se hiciera pública, principalmente por el acoso de los paparazzis. Si bien al principio Markle supo cómo lidiar con ellos, pronto se dio cuenta que el nivel de persecusión por parte de la prensa ya rebasaba los límites de la privacidad.
Pero lo que probablemente nunca imaginó fue que su enamoramiento de un miembro de la realeza implicaría distanciarse de su padre. La tensión entre ambos creció tan solo unos días antes de su boda con el príncipe Harry, cuando ya todo estaba listo para que Thomas la entregara en el altar.
La verdadera razón por la que el papá de Meghan no fue a su boda
Tan solo cinco días antes de que los duques se dieran el "sí", Meghan se enteró que su padre presuntamente había vendido una serie de imágenes manipuladas a la prensa británica por 100 mil dólares, fotografías de él mismo leyendo las noticias sobre el enlace matrimonial o interesándose en la historia de Reino Unido.
La actriz supo de la situación antes de que la noticia saliera a la luz y se comunicó con su padre para preguntarle si los rumores eran ciertos. Al principio él lo negó todo, pero después dejó de contestar las llamadas de Meghan.
Hasta ahora se creía que había sido Meghan la que no había querido invitar a su padre a la ceremonia, sin embargo, en el capítulo, la actriz asegura que no fue así cómo se dieron los hechos.
Después de que su se rehúsara a contestarle, Meghan tuvo que enterarse por los tabloides que su padre ya no iría a su boda, además de que medios norteamericanos revelaron que Thomas había sufrido un infarto recientemente.
"Todo se desmoronó esa semana cuando no me contesta las llamadas y, en cambio, hablaba con TMZ (...) Y me entero que no viene a través de un tabloide", explicó Meghan.
Ella, preocupada por su salud, le mandó decenas de mensajes, pero la única respuesta que obtuvo fue una serie de respuestas extrañas en los que su padre decía que jamás quiso causar ningún daño y que lamentaba si su ataque al corazón le "era un incoveniente".
Meghan asegura que jamás creyó que estos mensajes provinieran de su padre, ya que el no la llamaba 'Meghan', sino 'Meg', además de que no sonaba como si fuera él.
A su boda en el Castillo de Windsor tampoco pudo asistir su sobrina Ashley, cuya madre, Samantha Markle, hermanastra de Meghan por parte de su padre, no tiene una buena relación con la duquesa.
bnaj