Kate Middleton se robó la atención de los asistentes al primer banquete de Estado del rey Carlos III, celebrado en el Palacio de Buckingham.
La princesa de Gales cautivó con un impresionante vestido blanco y se puso la brillante tiara Lover's Knot, un artículo que había sido el favorito de Diana.
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La esposa del príncipe William parecía encantada con su papel cuando ella y otros miembros de la Firma se encargaron de que la Visita de Estado de dos días del presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, fuera implecable.
El rey y Camila, la reina consorte, saludaron al Sr. Ramaphosa antes de celebrar un opulento banquete al que también asistieron el Conde y la Condesa de Wessex, y altos políticos de ambos países.
En su discurso, el hijo mayor de la reina Isabel II, saludó a los sudafricanos en varios de sus idiomas nativos, antes de admitir que partes de la historia de Gran Bretaña con dicho país "provocaron un profundo dolor", en referencia al pasado colonial del Reino Unido.
El rey también hizo reír a la audiencia después de contar chistes sobre el clima británico, al tiempo que rindió homenaje a su difunta madre, la reina Isabel II, quien murió en septiembre.
Ramaphosa, cuya visita estaba prevista antes de la muerte de la difunta monarca, fue recibido por más de mil soldados, 230 caballos, siete bandas militares y dos carruajes estatales.
Kate Middleton, el centro de atención
Cuando los miembros de la familia real británica llegaron al Palacio de Buckingham, todas las miradas se dirigieron a la princesa de Gales, quien sorprendió a los espectadores con su deslumbrante atuendo que complementó con la Tiara Lover's Knot de la reina María.
El adorno perteneció a la princesa Diana y ahora es quizá la pieza de joyería real favorita de Kate. La tiara fue hecha por el joyero real Garrard en 1914 según el diseño personal de la reina María, con perlas y diamantes que ya estaban en posesión de su familia.
Era una copia de una tiara que pertenecía a su abuela, la princesa Augusta de Hesse, quien se casó con el primer duque de Cambridge, séptimo hijo del rey Jorge III, en 1818.
En su testamento, la reina María le dejó la tiara a la reina, quien la usó con frecuencia, incluso en un evento nocturno en 1955. En 1981 se lo dio como regalo de bodas a la madre del príncipe Guillermo, Diana, quien lo usó por primera vez en la apertura estatal del parlamento en noviembre.
Diana también usó la tiara en 1985 en una visita oficial a Washington con el entonces príncipe Carlos. Y desde su muerte, la princesa de Gales ha usado el reluciente tocado.
En octubre de 2018, Kate usó la tiara en un banquete estatal junto con un vestido de tafetán azul plateado de uno de sus diseñadores favoritos, Sarah Burton para Alexander McQueen.
Lo combinó con los pendientes de perlas Collingwood de la princesa Diana y el collar de regalo de bodas de la reina Alexandra de Dinamarca, que era uno de los favoritos de la reina madre.
La Reina Madre usó la bengala de diamantes y perlas en su cumpleaños número 85, en 1985, y durante una aparición formal en 1964.
Camilla, la reina consorte, fue vista con la tiara de zafiro de Jorge VI, que perteneció a la difunta reina Isabel II. Además, se vio a los miembros femeninos de la familia real británica luciendo la Orden de la Familia Real, un broche que muestra un retrato de la difunta monarca en una cinta amarilla que se usa en todos los banquetes estatales.
El menú del banquete
El evento ofreció un menú de dos platos principales: rémol a la plancha con hongos silvestres, trufas y salsa de acedera o ballotine de faisán de Windsor relleno de alcachofas, compota de membrillo y salsa de oporto.
Se trata de platillos distintos a los que pedía que se prepararan la difunta reina Isabel II, quien a menudo prefería el venado de Balmoral o el cordero de una de las otras haciendas reales cuando recibía a dignatarios extranjeros.
Las guarniciones incluían una selección de zanahorias Chantenay variadas, col rizada con calabaza asada, papas fondant estofadas y ensalada.
Parfait helado de vainilla con manzanas caramelizadas o café y dulces del tamaño de un bocado eran las opciones para el postre. Las cocineras del Palacio de Buckingham también crearon las flores nacionales de Sudáfrica, Protea, con azúcar y colorantes comestibles.
Además, se ofrecieron vinos para acompañar la comida, entre ellos un Château Feytit-Clinet, Pomerol 2000 que sabe a "licor derretido, cerezas y tierra" y un Taylor's Vintage Port 1983.
abc