La entrevista que brindó Diana de Gales a Martin Bashir en 1995 tuvo grandes consecuencias en la relación de la princesa con la familia real británica.
La joven, de entonces 34 años, había revelado en televisión nacional que su esposo y futuro rey de la Gran Bretaña, le había sido infiel con Camilla Parker Bowles.
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“Bueno, éramos tres en este matrimonio, así que estaba un poco concurrido”, aseguró.
La frase sacudió al palacio de Buckingham y fue demasiado para la reina Isabel II, quien después de ver las declaraciones de Diana escribió una carta a la princesa en la que la obligaba a que se divorciara.
"Tienes que divorciarte", decía.
No fue una decisión, fue una orden
La experta en la realeza británica, Angela Mollard, reveló lo que ocurrió inmediatamente después de que la princesa le abriera las puertas del palacio de Kesington al periodista Martin Bashir.
La noticia fue dada en un conocido programa radiofónico, "Royals de New Idea", donde Angela fuera cuestionada sobre la entrevista que enfureció tanto a la casa real británica.
Cuando le preguntaron si fueron los propios involucrados, "Diana y Carlos" quienes tomaron la decisión de divorciarse para poner fin a las exclusivas de la princesa.
Mollard declaró que no, según reveló, fue la misma reina Isabel quien "la obligaba a separarse de su hijo y dejar de hablar de lo que sucedía en su matrimonio".
La princesa Diana de Gales llegó a ser considerada una peligrosa "amenaza" para la realeza británica, podría destruir por completo la imagen de la familia y hasta la monarquía.
Ni Diana ni Carlos decidieron divorciarse, la princesa quería evitarle un mal trago a sus hijos, pero la reina Isabel II tomó cartas en el asunto y solo un año después firmaron el divorcio con un convenio que nunca se hizo público y que incluía una cláusula de confidencialidad para evitar que Diana diera más detalles sobre su disuelto matrimonio.
abc