Jueves 14 de Marzo 2024
THE CROWN, QUINTA TEMPORADA

Casa Ipatiev, el capítulo de 'The Crown' que retrata el brutal asesinato de los últimos Romanov

La quinta temporada de 'The Crown' revive la controvertida decisión que tomó el rey Jorge V sobre el destino de su primo, el zar Nicolás II de Rusia

'The Crown' cuenta su versión detrás de la "traición" del rey Jorge a los Romanov Créditos: Getty Images
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Escrito en ENTRETENIMIENTO el

El estreno de la quinta temporada de 'The Crown' continúa dando de qué hablar y es que a diferencia del resto de los capítulos, el sexto episodio de la serie es probablemente el más oscuro de todos. La historia se centra en la matanza de los Romanov, es decir, del último zar de Rusia, Nicolás II, y de toda su familia en el contexto de la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa. 

Las escenas nos ubican en el año de 1917, cuando la Casa de Windsor no estaba bajo la monarquía de la reina Isabel II, sino que era liderada por su abuelo, el rey Jorge V y su esposa, la reina María.

Al principio del capítulo, una carta llega al escritorio del rey desde Downing Street, en la cual el primer ministro les informa que el gobierno de Gran Bretaña "está dispuesto a enviar un barco para poner a los Romanov a salvo aquí en Inglaterra". ‘El primer ministro no desea hacerlo sin su apoyo’, les comenta el ayudante del rey. 

Después, el episodio se traslada a la Casa Ipatiev, en la campiña rusa, donde se encuentran recluidos los emperadores y sus hijos. De pronto, soldados los despiertan y les dicen que serán evacuados a otro lugar. Los zares piensan que se trata del primo Jorge, quien finalmente acudió a su rescate, pero pronto la realidad los alcanza: minutos después, Nicolás II y su familia son masacrados brutalmente. 

Se trata de uno de los acontecimientos más negros en la historia de la casa real británica, quienes siempre serán recordados por haberse negado a ayudar a los Romanov con un pasaje seguro al Reino Unido. 

Foto: Getty Images

Casa Ipatiev: la prisión y última residencia de los Romanov

Meses antes, el levantamiento bolchevique había llegado a su punto más crítico tras derrocar al emperador ruso, quien no tuvo otra opción más que abdicar y renunciar a los derechos de su dinastía, poniendo fin a los tres siglos de historia de los Romanov como uno de los imperios más poderosos del mundo.

El emperador caído en desgracia, depuesto y detenido por los revolucionarios, aún albergaba la esperanza de una vida cómoda en el exilio. Su primo, el rey Jorge V, parecía ser la respuesta a sus plegarias, pero no contaba con las presiones políticas terminarían por afectar su decisión.

En abril de 1918, los Romanov fueron encarcelados en la Casa Ipatiev. El nuevo gobierno provisional ruso quería que los zares saliera del país por temor a que sus aliados pudieran unirse nuevamente y restaurar la monarquía. Al no obtener respuesta del rey Jorge V, en julio de 1918, los Romanov fueron asesinados en el sótano de la Casa Ipatiev después de que Moscú aprobara su ejecución. 

Se cree que la masacre duró cerca de 30 minutos. Años después, se descubrió que los militares rociaron sus cuerpos con ácido sulfúrico y gasolina antes de prenderles fuego. 

El sótano de la Casa Ipatiev donde fueron ejecutados los Romanov. Foto: Getty Images

¿Por qué los Windsor no ayudaron a los Romanov? 

En un principio la familia real británica parecía estar dispuesta a ayudar a sus parientes. Incluso los reyes habían considerado la posibilidad de alojarlos en la casa de descanso de Balmoral, en Escocial, tras discutir el tema con el embajador británico en Rusia. Sin embargo, el rey Jorge V se echó atrás con el plan.

Sobre las razones se ha especulado mucho. En parte, se cree que al monarca le preocupaba tener dos grandes familias imperiales en el Reino Unido, pero también estaba el hecho de que Alexandra, la esposa del zar, era de nacionalidad alemana, una situación que podría perjudicar el ya de por sí frágil estado de la monarquía británica, que en ese momento se encontraba en guerra con Alemania. 

Al final, Jorge pidió que se retirara la oferta de asilo debido al nerviosismo que causaba la idea de una revolución en Reino Unido y el miedo a que la dinastía de los Windor desapareciera al igual que los Romanov. 

Foto: Getty Images

¿Cuál es el parentezco de la casa real británica con los Romanov? 

De acuerdo con los registros oficiales, la bisabuela de la reina Isabel, la reina Alexandra, procedía de la realeza danesa. Ésta se casó con el rey Eduardo VII del Reino Unido, mientras que su hermana María se casó con el zar Alejandro de Rusia. El hijo de María, Nicolás, se convertiría en el último gobernante de Rusia, mientras que el rey Jorge V es el conocido abuelo de la reina Isabel II.

Se decía que Nicolás y Jorge eran grandes amigos e incluso se enviaban cartas constantemente, refiriéndose el uno al otro como ‘Nicky’ y ‘Georgie’. Sin embargo,a pesar de su cercana relación, Jorge V optó por negarles el asilo a él y a su familia en Reino Unido. 

Por otro lado, Felipe de Edimburgo era sobrino nieto de la zarina Alejandra, hermana de su abuela Victoria de Hesse. Su madre, la princesa Alicia de Battenberg era sobrina de la emperatriz Alexandra Fiódorovna de Rusia y prima segunda del zar Nicolás II. 

Foto: Getty Images

El día que la reina Isabel II pidió un entierro digno para los Romanov

En la década de los 90, la reina Isabel II tuvo una reunión histórica con Boris Yeltsin, el entonces nuevo presidente de la Federación Rusa tras la caída de la Unión Soviética. La soberana aprovechó la ocasión para reclamarle al mandatario su decisión de demoler la Casa Ipatiev cuando él era un funcionario en los años 70 y pidió al mandatario un entierro digno para los Romanov. 

En 1993, el presidente ruso comienza una investigación para identificar los restos de los antepasados rusos de los Windsor. Los expertos piden entonces al príncipe Felipe aportar su ADN para ayudar a identificar los cadáveres que han encontrado cerca de Ipatiev. 

Fue gracias a la ayuda del príncipe consorte que los restos de los Romanov fueron identificados y finalmente enterrados en la Catedral de San Petersburgo en 1998. 

La reina Isabel II con Boris Yeltsin en 1994. Foto: Getty Images

bnaj