La familia real británica publicó ayer el primer retrato oficial del rey Carlos III con la reina consorte Camilla, junto a los príncipes de Gales, William y Kate.
Muchos destacaron el hecho de que las parejas muestran el presente y el futuro de la monarquía, mientras que algunos otros comenzaron a buscar pistas en su composición y fondo.
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La fotografía está llena de simbolismo porque el nuevo soberano aparece con su hijo y heredero, mientras que detrás de ellos se vislumbra un retrato del rey Jorge III, el monarca varón que ha reinado más tiempo en la historia británica.
Además, se sabe que la imagen fue tomada la víspera del funeral de la reina Isabel II, cuando los cuatro miembros más importantes de la realeza estaban a punto de ofrecer una gran recepción para cientos de líderes mundiales en el Palacio de Buckingham.
Otro de los mensaje de la foto es claro: el quehacer de la monarquía nunca descansa, ni siquiera en momentos de gran pesar personal, y su fuerza reside en su continuidad.
Sin embargo, también es un recordatorio de que los miembros de la realeza siempre están de servicio, incluso cuando tienen que reunir cada centímetro de autocontrol, como lo hicieron durante el duelo público por la reina, quien para ellos fue madre, abuela y bisabuela.
Fuentes del palacio dijeron que la foto fue tomada para marcar un "momento histórico" para la familia. El lenguaje corporal de los cuatro es sorprendentemente relajado, lo cual habla de calidez y aceptación.
Los más altos, William y Kate, pueden dominar físicamente, pero la atención se dirige al nuevo rey, un paso más cerca de la cámara y con una cara de confianza.
Tampoco es una coincidencia que la foto se haya tomado cuando los duques de Sussex todavía estaba en Gran Bretaña, varios días antes de que regresaran a casa con sus hijos Archie y Lilibet. Los expertos aseguran que es una señal más de que nunca volverán a tener un papel central en la vida real.
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