Se estima que unas 200 mil personas se quedaron sin suministro de agua potable en Jackson, una ciudad del estado de Misisipi, después de que una serie de inundaciones inhabilitaron una planta de tratamiento de agua. Ante la emergencia, el pasado fin de semana, elementos del ejército de Estados Unidos repartieron más de un millón de botellas de agua a miles de familias.
Mientras las autoridades aseguran que los trabajos para restaurar el suministro siguen avanzando, los pobladores piden una solución pronta ante la ola de calor que afecta la región. Situaciones tan cotidianas como bañarse, tirar de la cadena del baño o lavar se han convertido en un problema mayor.
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Muchos de sus habitantes manifiestan que incluso antes de las inundaciones, que causaron el problema de suministro, algunos residentes de esta ciudad mayoritariamente negra no han tenido acceso confiable al agua de grifo.
Estado de emergencia
El presidente Joe Biden declaró estado de emergencia por la crisis en la ciudad sureña. Actualmente, algunos residentes ni siquiera tienen suficiente presión de agua para descargar los inodoros y tienen que usar baños portátiles ubicados en toda la ciudad.
Mientras tanto, se han formado largas colas fuera de los centros de distribución de agua a medida que las temperaturas superan los 32ºC.
El alcalde de Jackson dijo el viernes que había “progresos” en la reparación de la planta, pero aún no había un cronograma de cuánto tiempo durarán los problemas.
Se ha restablecido la presión del agua en las casas y los negocios cercanos a la planta de tratamiento, pero los edificios más alejados todavía tienen una presión de agua débil o nula.
A medida que aumenta la presión del agua, los funcionarios advierten que podría provocar la ruptura de tuberías en toda la ciudad.
Con información de BBC News
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