El plan de infraestructura del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se ha topado con un gran problema, el bloqueo unánime de parte de los senadores del Partido Republicano.
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Los senadores ni siquiera accedieron a debatir la iniciativa durante una sesión de votación clave. Existe desconfianza en los ambos partidos, por lo que hace difícil lograr un acuerdo, pese al duro trabajo de un grupo de 22 legisladores de los dos partidos durante semanas sin descanso.
Este plan, prevé una inversión de 1,2 billones de dólares en infraestructuras a lo largo de 8 años. Ahora se enfrenta a un futuro incierto, a pesar de algunos legisladores demócratas y republicanos dicen que aún es "optimista" la posibilidad de un acuerdo y podría haber un nuevo voto "en los próximos días".
Incluso, el senador, Mitt Romney, dijo que la nueva votación podría ser el próximo lunes.
Pero el resultado de hoy, supone un fracaso para los demócratas, quienes necesitaban 60 apoyos para que el proyecto fuera considerado hemiciclo, pero no lo lograron.
Por un lado, 50 senadores republicanos votaron en contra, mientras que 49 demócratas lo hicieron a favor.
Por lo que la la líder de la mayoría demócrata, Chuck Schumer, se vio forzada cambiar su voto por un "no" para cumplir con unas reglas del Senado y así poder pedir que la iniciativa se vuelva a considerar en los siguientes días. A pesar de este movimiento, los republicanos se unieron para rechazar la medida.
Por su parte, la Casa Blanca respaldó la estrategia de Schumer al describirla como parte de las operaciones normales del Senado.
A través de una rueda de prensa, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo que en otras ocasiones los legisladores habían comenzado a debatir proyectos legislativos sin conocer su texto completo.
La votación se produjo casi un mes después de que Biden anunciara que había llegado a un acuerdo con el grupo bipartidista de 22 senadores.
El paquete está valorado en 1,2 billones de dólares a lo largo de ocho años, una cifra inferior al que propuso inicialmente Biden en marzo, de 2,3 billones, y que la Casa Blanca tuvo que rebajar ante las críticas de los republicanos.
El objetivo del plan de Biden es modernizar la "infraestructura física", que consiste en carreteras, puentes, ferrocarriles, puertos y aeropuertos, entre otros.
Fuera de este pacto quedó la "infraestructura humana", la cual iba a consistir en reabrir centros de educación para niños que han cerrado durante la pandemia.
Esos puntos han sido incluidos en un paquete de gasto social de 3,5 billones de dólares que los demócratas quieren aprobar en solitario a través de una fórmula legislativa conocida como reconciliación, que permite aprobar un proyecto de ley con mayoría simple de 50 votos, en vez de los 60 que hacen falta normalmente
Con información EFE.
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amv