La violencia armada cobra miles de víctimas mortales mes con mes en Estados Unidos y es una de las grandes tareas pendientes del presidente Joe Biden, quien este lunes junto con el fiscal general Merrick Garland, se reunió con funcionarios municipales y policiales clave para buscar una solución a este problema.
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De acuerdo con Voice of America, este 2021 podría ser el año más mortífero para la violencia armada en dos décadas en el país. Tan solo en lo que va del año, más de 10 mil 700 personas han muerto en tiroteos, según cifras del Archivo de Violencia con Armas.
Ante esta ola de muerte y tragedia, Biden ha calificado la violencia con armas de fuego en Estados Unidos como "una epidemia" y "una vergüenza internacional", pero no ha podido detenerla.
“Sabemos que hay algunas cosas que funcionan. Y el primero de los que funciona es detener el flujo de armas de fuego”, dijo Biden al comienzo de la reunión del lunes.
Biden busca aprobación de iniciativas para el control de armas
Entre las propuestas que el presidente intenta que sean aprobadas por el Senado está la de expandir las verificaciones de antecedentes a quienes compran armas por Internet, en ferias de armas y a través de algunas transacciones privadas.
Mientras que la otra iniciativa busca otorgar a los funcionarios 10 días hábiles, en lugar de los tres actuales, para verificar los antecedentes de los compradores de armas. Sin embargo, el Senado aún no ha actuado, y no está claro si los demócratas podrán reunir los votos suficientes con ayuda de algunos republicanos.
Biden también ha autorizado algunas restricciones de armas más estrictas con una orden ejecutiva y pidió la renovación de una prohibición de venta de armas de asalto que venció hace mucho tiempo, sin embargo, la Constitución de Estados Unidos garantiza el derecho a poseer armas y cualquier sugerencia de nuevas restricciones a menudo genera una rápida oposición por parte de los propietarios de armas.
Los legisladores estadounidenses conservadores se oponen a endurecer las leyes de armas, mientras que los legisladores más liberales, aunque no todos, a menudo favorecen nuevas restricciones a la venta de estas.
CRS